Consultoría Especializada en Manejo y Conservación de la Biodiversidad E.I.R.L- CEMACOBIOD
“LAS RIBERAS DEL SILENCIO”
El título de esta nota lo hago un poco inspirado en una canción que se llama “La costa del silencio”, del grupo de rock español “Mago de Oz”, que tiene una hermosa letra y que habla de la inacción de las autoridades españolas ante la polución de una costa de ese país, hace alusión al mar que dice así:
El mar escupía un lamento-tan tenue que nadie la oyó-Un dolor de tan adentro- Que toda una costa murió; sigue y habla sobre la muerte de un delfín que por efecto de aguas negras; también a una gaviota que no puede pescar, y a la belleza de sus costas se pierden por efecto del líquido que sirve de combustible.
¿Pero cuáles son las riberas del silencio cercanas a Iquitos?: Las del bajo Nanay, Itaya, Amazonas, las orillas de Moronacocha. Hay un silencio muy grande de nosotros y de nuestras autoridades para lanzar un grito ¡Hay que salvarlas y descontaminarlas!; como los dirigentes no recibirán “alguito” por lanzar la voz de protesta, nadie hace nada o poco hacen.
Todos se tiran la “pelota”: Municipios, el Ministerio del Ambiente, la Autoridad Nacional del Agua, la Dirección Regional de la Producción y muchos (dicen ser) conservacionistas. Las autoridades en vez de ejecutar trabajos para resolver el problema, se pasan el tiempo de taller en taller inoperantes que poco sirven -sirven solo para presentar informes y lo lea algún burócrata -. Solo atinan a decir en forma disimulada, de que no hay presupuesto y que “vamos a consultar a Lima”. TODOS “los que defienden al bosque y a sus aguas”, GASTAN SU TIEMPO CON EL TEMA DEL PETRÓLEO, PERO NO ES LA ÚNICA ACTIVIDAD QUE CONTAMINA. En nuestras narices esta la contaminación, pero nada de nada.
Hay una inoperancia total; que se vio reflejada en la acción de una ciudadana norteamericana que comenzó a recoger plásticos de orillas del bajo rio Itaya, como una manera de decir, ¡“Hagan algo carajo”! En vez de apoyarla, creo que la denunciaron y se fue a su tierra para buscar, dicen, más presupuesto para seguir con su ejemplar acción.
Fotografía: David Rodríguez de Souza -Río Nanay – Iquitos, Perú
Los desagües de Iquitos contaminan el lago Moronacocha, las orillas del Amazonas (cuando pasaba por Iquitos y hoy al Itaya, por más de cien (100 años); las señoras lavan ropa y utilizan el agua contaminada del Itaya y Moronacocha; cerca de los desagües pescan y a orillas del bajo Itaya incluso hay un conocido restaurante flotante. Algunos le utilizan a esto como “atractivo turístico” y les hacen pasear por aguas contaminadas.
En el bajo Itaya, por el barrio de Belén, aparte de que las orillas están contaminadas, también se puede observar la miseria humana; jóvenes y viejos debajo de las explanadas consumiendo drogas y oliendo pegamento.
En esos sitios los hombres parecen unos “zombies” que deambulan con sus pálidas caras, cuerpo enjuto, y miradas sin rumbo. Las orillas contaminadas también sirven para poner ahí y ofrecer productos de los agricultores, que dejan por un momento sus comunidades para ver tan terrible contaminación. ¿Qué ejemplo de modernidad pueden llevar a sus comunidades, si solo ven contaminación?, lo lógico es que llevan esa imagen y copian “el mal ejemplo de la urbe”.
Con el avance de la ciudad, nada planificada, las orillas del Nanay también se están contaminando por los sectores de Santa Clara, Santo Tomas y otros pueblos. Basta mirar hoy el tramo de carretera que une Santa Clara con Santo Tomas, llamada La Unión, donde creo que, sin ningún estudio de Impacto Ambiental, rellenaron dos pequeñas cochas, donde hoy se ve plásticos en sus orillas y alguna que otra ave que vuela por ese lugar. Pero, ojo, también hay otro tipo de contaminación, que lo hacen los llamados “bomberos”, que pescan con dinamita casera tipo “cebolla”. Todos lo saben, pero nadie hace o dice nada.
Hace poco el Gobernador de Loreto, Elisban Ochoa, dijo “No puede ser Puerto Turístico, un sitio donde hay mucha contaminación”, refiriéndose al lugar recientemente inaugurado cerca al Puerto Huequito.
¿Póngase mano a la obra señor, para solucionar este gran problema de contaminación, o hay que esperar a la “gringa” para descontaminar nuestras orillas?